La poesía de Lizeth Pacco arma un mundo imaginario de laberintos que esconde soledades, amores y desamores. Su juego de palabras nos hace cómplices de su búsqueda por quererle tender muchas trampas al tiempo.

Rossana Favero

Esta primera entrega poética de Lizeth Pacco, nos ilusiona. Y es que la autora, ha hecho de la Literatura su leitmotiv. Docente, gestora cultural, promotora, mediadora de lectura ahora, demuestra la coherencia que caracteriza a buena parte de la última generación de jóvenes escritores que va dando forma y sustancia al campo de las letras en nuestro país.

Es Buscome, un rico poemario pulcramente editado. Hallamos en él cuatro estancias en las que, mediante sugerentes imágenes, recorremos sinuosos intentos de respuesta a los eternos tópicos. Así, el amor: /Un envoltorio hedónico te llena de ráfagas el cuerpo/la piel parece mudada, tu sonrisa es instantánea/vuelas y todo es posible/tus manos son más que dos/…/su luz es tu luz/; el tiempo:/…El presente se lleva la ropa, las manos/la cocina, la mesa y el sofá/; la vida plena y el goce del cuerpo:/Miré mis piernas y/te recordé al borde de la cama/abriéndome/besándome/tu cabeza desaparecida/…larga conversación/; la nostalgia/Miro por la ventana/tienes razón es día de melancolía/aunque no quiero que seamos las dos/las que llenemos esta casa de silencio…/; la poesía:/…Vuela a tu nueva estancia de disparos aleatorios/llueve fuego, entierra cielos/ruge como animal poderoso de selvas/desaparece y crece/la musa es un puñal de siete vidas…/y a través de ellos, buceando transversal, la inacabable búsqueda interior, propia de las almas sensibles y cultivadas.

Pudiéramos abundar en el comentario, pues el contenido lo amerita; bástenos con leer y recibir esta primera ofrenda de Lizeth Pacco, con la generosidad de su procedencia.

Eldi Toro López