En Las mil y una noches del Petas es posible encontrar un conjunto de relatos cortos que grafican el mundo juvenil desde la década del 60 a la actualidad donde, además se señala con crudeza y objetivamente la actitud contestataria de los hombres en sus diversas relaciones humanas, que van desde los sentimientos hasta sus actitudes políticas. Todo ello a través de un grupo de jóvenes cuyos valores, continuamente, se enfrentan a la realidad, desarrollando historias que eran parte del mundo que empezaban a conocer.

Son adolescentes que, desde algunos distritos de la Lima sesentera, plasman en el relato temas universales que es posible encontrar en Lince, Breña, La Victoria, Chorrillos, Miraflores, San Isidro Pueblo libre o Jesús María de una Lima en formación que reivindican la necesidad de estar unidos para desafiar a la autoridad, a los miedos colectivos y a las normas familiares rígidamente establecidas.

El protagonista, Juan Domingo, ensimismado en sus elucubraciones filosóficas, que decantan entre lo bueno y la malo, es un personaje ambivalente que decide constantemente no quedarse atrás o al final en el mudo en que vive. Es posible encontrar diversas reacciones ante su comportamiento sentimental y, a la vez, sentirse un líder en los diversos grupos de pertenencia, de la «mancha», la «collera».

Ya entre las sombras de la noche, Juan Domingo buscó a su gran amigo el Pirinchín, para viajar por el mundo de la verdad y la mentira, observar el poder de los fuertes y la decencia de los débiles, inmiscuirse detrás de los ojos del hombre y ver su verdad, sentir la ternura humana del alma, tratar de comprender la moral y la religión, desafiar a la soledad y su silencio, tratar de entender el amor y la fidelidad, mirar más allá de la conciencia para castigar la prostitución, porque en el fondo todos somos eso, unos prostitutos, nos vendemos por algo.

El Petas es un personaje que funge como observador solitario del mundo, cerca al parque del Bombero, en Lince, que, al lado del Pirinchín, el cholo Alfredo, el Chino Juan, el Zambo Castro o los hermanos Huevos, permite ofrecer al autor una visión distinta de la adolescencia porque adiciona modus vivendi de la época con los blue jeans, los botines aperillados. la música de Nino Bravo y la vivencia particular del gran Víctor Humareda.

El autoritarismo, la inmoralidad y la falta de valores existente permiten al autor dibujar a jóvenes ávidos de mostrarse colectivamente con crudeza, pero con la más primitivas actitudes del ser humano.

Las mil y una noches del Petas logra que el autor incursione en un mundo literario al cual, espera, aportar con este conjunto de relatos que pintan el mundo juvenil de una época pasada.