Angelo Martínez

Fue alumno en los talleres literarios de Marco García Falcón, Lenin Auris, Alonso Cueto, Antonio Moretti, Katya Adaui, entre otros. Durante su juventud, viajó por el norte peruano logrando ampliar sus horizontes mediante expediciones a playas secretas o poco exploradas, sobreviviendo a través de trabajos pasajeros y noches intoxicantes, y al regresar a la capital tuvo que sobrevivir aislado en un centro de rehabilitación; según se comprueba, resistió a semejante peregrinaje y mediante la escritura intenta manejar su estabilidad física y mental. Besando al infierno fue su primera creación literaria.